No hay nada más reconfortante en el Cuscatlán que encontrarse a las parejas anidadas en los numerosos bancos que pueblan el parque. Carantoñas, caricias, besos y expresiones de un amor que es la prueba fehaciente de la asombrosa fertilidad de los habitantes de las tierras de Nequepio.
Dice Cuzcatlán
No hay nada más reconfortante en el Cuscatlán que encontrarse a las parejas anidadas en los numerosos bancos que pueblan el parque. Carantoñas, caricias, besos y expresiones de un amor que es la prueba fehaciente de la asombrosa fertilidad de los habitantes de las tierras de Nequepio.